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Autocuidado

Esta semana os he dado algunos consejos de autocuidado, mi intención era poner algunos ejemplos rápidos y económicos para mantener nuestro cerebro lleno de energía, y crear conciencia de la importancia de cuidar nuestra mente. Espero haberlo conseguido, y que cada uno de vosotros vaya encontrando esas pequeñas cosas que te permiten lograr un “estado zen” (un baño de espuma, salir a correr, un abrazo, un poco de humor, etc.) Hay muchas maneras, y a cada persona le funcionan unas.

Lo que tenemos que desterrar (y ¡ya!) de nuestra cabeza es la idea de “supermamás” o “superpapás” (que también los habrá, pero por lo general nos exigen, y nos exigimos más las mamás). No hay mayor engaño que ese. La mujer se ha incorporado al mundo laboral en una lucha por lograr la igualdad, y acabar con la invisibilidad a la que estaba siendo sometida; el hombre se ha incorporado al hogar, aunque he de decir, que no al 100%, lo siento, la tarea de organizar sigue siendo de la mujer, y esto provoca un gran cansancio mental invisible también (ains, estamos condenadas a la invisibilidad, ¡o no!). Y con el mismo tiempo que antes, las mismas 24 horas por día, debemos ser unas personas de éxito en nuestra carrera profesional, unos padres modélicos y vivir en una casa de revista. Pues os voy a contar un secreto: ¡ESTO ES IMPOSIBLE!, si, si, así con mayúsculas ¡IMPOSIBLE!

Yo os animo a reconocer la imperfección, a aprender de los errores, y a recordar que solo tenemos 24 horas al día, y una vida finita, y que lo más importante en esta vida es tratar de ser feliz, sí, ya sé que os lo repito muy a menudo, es porque soy de la vieja escuela, del sermón, de decir las cosas 1000 veces, ¡y luego no me digáis que no os avisé…!

Venga vale, ya no lo repito más, o sí… pero os voy a contar algo muy personal, que quizá os haga pensar en esto que estoy escribiendo.

He de reconocer que nunca he sido una persona competitiva, ni en busca continua de la perfección, lo que si he buscado siempre es la coherencia, y es muy incoherente hablar de criar hijos felices con padres ausentes, lo siento, no creo en el poco tiempo pero de calidad, aunque también es cierto que puedes pasar mucho tiempo y estar ausente. Lo que si tengo claro es que para criar hijos felices, hace falta pasar tiempo con ellos, y necesitan mucho tiempo de calidad.

Después de cometer varios errores tras el nacimiento de mi hija mayor, llegué a la conclusión, que lo que necesitábamos ambas era pasar más tiempo juntas, crear un lazo que nos uniera e hiciera más fuertes a las dos. Y para eso necesitaba cambiar mis hábitos de trabajo, y de organización del hogar. Después nació mi segundo hijo, y durante la “mini baja” de maternidad, empecé a escucharme un poco más y reconocer que ese malestar, al que no le ponía nombre, se debía a que no tenía ninguna gana de volver a mi trabajo y dejar a mis hijos. Y no porque no me gustara mi trabajo, no, pero sentía que no estábamos preparados para separarnos todavía. Aún así, no se me ocurría qué otra cosa podía hacer, el deber es el deber, y me reincorporé al trabajo. Eso sí, esta vez nos habíamos organizado mejor mi pareja y yo con el tema del tiempo para estar con ellos uno u el otro.

Peeero cuando mi hijo tenía 6 meses, recibimos un duro golpe, tenía un tumor en un riñón, el mismo día que nos lo dicen, se queda ingresado para trasladarlo al día siguiente al hospital La Paz en Madrid. Con el corazón encogido, y sin saber muy bien por cuánto tiempo, preparamos la maleta, y al día siguiente viajábamos papá, mamá y Valentín, en una ambulancia camino de Madrid.

lomejordetidpambulancia

Creo que nunca olvidaré la imagen, cuando llegamos a la planta de oncología, y se abrieron las puertas del ascensor, de dos niños “pelones”, jugando por el pasillo utilizando el pié del gotero a modo de monopatín. Creo que ese momento es en el que fui consciente del alcance de lo que le sucedía a mi hijo (todavía hoy se me encoje el estomago, y asoman las lágrimas al evocar ese recuerdo). Iniciamos un proceso de pruebas, operaciones tratamiento con quimioterapia, y pasito a pasito, aquello fue pasando. Eso sí, dejó una huella imborrable en mi. De nuevo, había permitido que la urgencia del trabajo, de las cosas “bien hechas”, de la “supermamá”, silenciase mis emociones y como “nos habían dado un buen susto, pero era un niño fuerte, e iba respondiendo a los tratamientos, y todo estaba bien”, no me permití ningún duelo, iba a trabajar religiosamente faltando únicamente cuando tocaba ingresar. Trataba de estar alegre, hacer planes y “disfrutar”, sobre todo por mi hija, pero también porque “todo estaba bien”. Incluso me permití no acompañar a mi hijo el día de su primer cumpleaños, porque a mí me pillaba muy mal en el trabajo (primeros de mes), y a él le tocaba ciclo de quimioterapia en Madrid, pero no ingresaba, y por tanto, podía ir solo con papá. En aquel momento me dolió, pero he estado tan acostumbrada toda la vida a esconder mis emociones, que fui capaz de pasarlo sin que nadie, ni siquiera yo, se diera cuenta de la herida que aquello estaba causando en mí.

Pero como la vida es sabia, me quiso dar “otra oportunidad” para que de una vez por todas empezase a escuchar y a atender mis emociones, y cuando ya llevábamos 8 meses en remisión, y mi hijo ya tenía dos años, en una revisión descubren de nuevo un tumor en el riñón que le quedaba. A partir de ahí empezó de nuevo la romería, TAC para ver el alcance, cuando me dan los resultados, y me dicen que además del tumor del riñón hay una pequeña mancha en el pulmón, que tienen que considerar como metástasis, yo me encuentro de nuevo trabajando, y termino mi jornada con el corazón encogido, pero la termino. Pero ya en esta ocasión he tomado una decisión. Voy a estar al lado de mi hijo en todo momento, no hay nada más importante en el mundo. Aunque “esté bien”, aunque responda al tratamiento, y sea fuerte, y esté con su padre, mi hijo también me necesita a mí, y yo también le necesito a él. El hecho de pensar que puedes perder a tu hijo, te hace plantar los pies en la tierra, bueno, más bien “darte de morros contra el suelo”, y tomar conciencia de lo realmente importante en esta vida, que es vivir, disfrutando de las pequeñas cosas, y al lado de las personas que quieres. Y no hay más, todo lo demás (trabajo, casa de revista, cejas perfectamente depiladas, el qué dirá la familia, los vecinos…) es secundario.

Nos vamos de nuevo a Madrid, esta vez pasamos mucho más tiempo en el hospital que la primera vez, los ciclos de quimio son más fuertes y entre uno y otro el bajón nos obliga a permanecer ingresados. En la operación logran salvar parte del riñón, y esa parte consigue funcionar bastante decentemente a pesar de todo, y no necesita diálisis, pero la recuperación de la operación nos lleva muuuuucho tiempo también ingresados, y bueno, después de una de cal, siempre viene una de arena, y al analizar el tumor ven que no había respondido a la quimioterapia como esperaban, y por tanto deciden tratar también riñón y pulmón con radioterapia, lo que se traduce en siete meses fuera de casa, sin trabajar, pero con él. Esta vez, de la que me tengo que separar, aunque sí ha sido respetando su decisión de querer permanecer en el pueblo, es de mi hija, y aún así, si que pasa alguna temporada con nosotros en Madrid.

lomejordetidpcumpleaños

Ya ha pasado casi un año y medio desde que terminamos con todos los tratamientos. Decir que me incorporé inmediatamente al trabajo, después de regresar de Madrid, pero ya no fue lo mismo, reduje la jornada y organizaba los turnos y vacaciones para poder estar con mis hijos el mayor tiempo posible (aclarar que soy autónoma, y que alguna ventaja tenía que tener).

Y desde hace tres meses, tomé la decisión de cambiar mi puesto de trabajo en la empresa para dedicarme a la formación de padres, profesionales de la educación y de la atención a personas mayores, en relaciones respetuosas.

Y aquí estoy, iniciando este nuevo camino con mucha ilusión. Mucho más consciente de mis emociones, mucho más coherente en mis decisiones.

Ahora te puedo hablar de la importancia de expresar lo que duele, para poder empezar a sanar heridas. Y este es otro ejemplo de autocuidado, escribir, dibujar, expresar lo que nos está preocupando, paralizando, por muy incómodo que sea, es necesario hacerlo consciente, para que el cerebro pueda razonar sobre ello y trabajar en enfocarse en buscar la mejor solución.

Y bueno, siento mucho que al final me he enrollado un poquito, pero esto a mí también me sirve de autocuidado, hacer consciente lo que permanece oculto, en el subconsciente, para poder sanar mis heridas.

Y espero no tener que repetirlo más veces, no es necesario esperar a que la vida te abofeteé para tomar conciencia de lo realmente importante en la vida. Aunque si es por una buena causa, no me voy a cansar de repetirlo.

 

15 comentarios en “Autocuidado”

  1. A mi también se me ha encogido el Corazón al leer esto mi niña. Hemos pasado tiempos muy difíciles, y sobre todo la segunda vez porque se complico todo. A Veces no puedes estar en dos sitios a la vez y ese fue mi sufrimiento. Pero me siento muy orgullosa de lo fuertes que habéis sido tu y Luis. En plena juventud y empezando la vida con vuestros hijos os dio un duro golpe la vida, pero lo habéis afrontado con mucha entereza y haciendo todo lo posible porque los demás lo lleváramos bien. Marina, mi niña de los labios de fresa, ha tenido que pasar por algo que es difícil entender con dos años la primera vez y cuatro la segunda, pero nos ha dado un ejemplo de madured increíble. Valentín, mi príncipe Valiente que jamas ha perdido la sonrisa. Siempre fuerte, ( El príncipe Valiente). como decían las enfermeras cuando le bajábamos a la planta de quimioterapia. Jamas se quejaba, siempre riendo, cantando y animando a los demás niños. Es increíble la energía que tenía y que sigue teniendo a pesar de todo el sufrimiento por el que ha pasado. Todos, Luis, Danae, Marina y Valentín, nos habéis dado un ejemplo de entereza y positivida y trasmitido muchas buenas vibras. Donde hay mucho amor y sonrisas las situaciones duras, se llevan mejor y se consigue salir triunfantes. La fuerza muscular podrá partir un escudo y aún destruir la vida, pero sólo el poder invisible del amor puede abrir el corazón de los hombr@s, y hasta que no dominemos ese arte tenemos que seguir aprendiendo para conseguir ser felices y hacer felices a los demás. Tenemos amor y Ángeles que nos aman y proteger desde otros planos. Hay uno en especial que adoraba a Marina y Valentín porque los conoció ayudo a criarlos y si le hubieran pedido la vida por ellos, estoy segura de que la hubiera dado, ahora tiene una vida espiritual, es una estrella que Marina y Valentín saben como identificarla, esta además al lado de otras estrellas que igualmente los adoraban, todas esas estrellas cuidan de todos nosotros y nos trasmiten su luz cada noche para que nos llenemos de, Amor, Alegría…….Os quiero con toda mi alma.

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  2. Recuerdo todo eso y todavia se me encoge el alma. Yo tengo tres niños y no se como me tomaria todo eso lo que si se que llevas toda la razon hay que pasar mas tiempo con nuestros pequeños aunque personas como yo no lo tengamos tan facil y tenemos que seguir priorizando nuestro puesto de trabajo que al estar con nuestros hijos ya que si no no podemos vivir como me alegro que lo puedas hacer y estar con los hijos que es lo mas importante un besazo mami

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  3. La verdad que no se por donde empezar, porque todo lo que has expresado y nos has esplicado con tanto sentimiento y realidad, con tanto Amor, yo leyendolo lo he vivido contigo y me has echo mucho bien, porque si qu es verdad que siempre queremos que todo este bien, en casa todo perfecto en el trabajo cumplir siempre y con la gente igual, y alfinal no vives esos pequeños momentos que son los más grandes, muchísimas gracias por compartir esto con todos nosotros, te mando un gran abrazo con todo mi cariño para los cuatro y os deseo con toda mi energía positiva que se ponga muy pronto tu hijo bien y podais disfrutar todos juntos. Muchas gracias

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  4. Aunque no nos conocemos, y sin referirme a Valentín por ser un menor, diré que a grandes rasgos conocía por tu madre Rocío los hechos que tan bien relatas, conocí a Luis en unos de esos paseos leganenses y a Marina.Seguí la patología del niño sin entrometerme en su intimidad, sólo preguntando por su salud que tanto preocupaba a tus padres. Y hasta en las marchas con Luis y compañeros en la justa reivindicación de la Brif. También las reivindicaciones diarias de Marisa Rodríguez Rodríguez en esa lucha silenciosa contra tan terrible enfermedad que has citado. Te felicito por tu valentía, y por éste relato, nunca es tarde para desahogar el alma o los sentires, si no crees en su existencia, decía Manuel Machado, el poeta, que cantando y contando la pena, ésta se alivia, aunque se haga menos en León que en Andalucía, cuántas veces en alguna pelea ideológica con Rocío, hacíamos un alto en Facebook,para hablar de Valentín en ese caminar por el calvario con esa pesada cruz que has relatado. En ocasiones, y ya acabo, a tu madre le escribía como alivio una cita de Bécquer, por antigua que parezca, incluso para los que somos como yo agnósticos: «Dios, aunque invisible, tiene siempre una mano tendida para levantar por un extremo la carga que abruma al pobre» Sabía que era la ciencia quien curaba a vuestro niño, pero los aficionados a la poesía somos así, y tus padres llevaron esa preocupación en demasía, e imagino que los abuelos paternos también.que vuelven a ser padres de nuevo cuando se hacen abuelos, y como decía Lope de Vega, quien lo probó lo sabe. Gracias por tu relato, y enhorabuena por vuestra lucha. Un saludo. JOSMAN.

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    1. Gracias por tus palabras Josman, aunque no nos conocemos, se que has estado pendiente de nosotros y nuestra familia y lo sigues estando. Muchas gracias por tu compañía, que sin hablar, igual que la de muchas otras personas que se han preocupado por nosotros, la hemos sentido.
      Un abrazo

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  5. Se me encoge el alma al leerte. Vaya lección de vida! Nuestros sentimientos, nuestras fortalezas y debilidades nos van conformando. Ha sido un gran regalo conocer la maravillosa persona que eres. Te mando Un abrazo con todo el corazón.

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  6. Hola Danae buenos dias estaba leyendo y se me ponia el bello de punta y me saltaban las lagrimas porq yo he vivido tambien el cancer de mi marido entonces es cuando le damos valor a las demas cosas imagino que un hijo debe ser mayor dolor pero somos fuertes y yo no hubiera imaginado nunca lo que nuestro cuerpo aguanta siempre a la espera de que pasen los tres meses para la revision y que el oncologo te diga todo okey entonces vuelves a respirar desde Barcelona una amiga que te desea que todo vaya bien y ganemos la batalla un abrazo y un beso.

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  7. Danae, me ha sobrecogido tu relato, tienes u nos niños maravillosos como no podía ser de otra manera ya que los hijos casi siempre y más cuando son pequeños, (ya que no hay otras influencias externas y a veces peligrosas) son el reflejo de su entorno, en mi modesta opinión lo mejor que le podemos dar a nuestros hijos es amor y dedicación, no quiero decir con ello darle todo hecho ni cosas materiales, cuando sean mayores no recordarán algún juguete caro pero si el tiempo con papá, mamá, abuelos, ….Y cuando la vida nos pone a prueba es cuando más apreciamos las cosas valiosas que nunca son las que se compran con dinero. Un abrazo.

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